De la web 1.0 a la web 3.0
La Web 1.0, la de los orígenes de la red, fue la web de los contenidos y la comunicación unidireccional. Los usuarios podían acceder a la red y consultar contenidos pero prácticamente no podían hacer nada más.
El término fue acuñado por Tim O'Reilly en 2004 para referirse a una segunda generación en la historia de la web basada en comunidades de usuarios y una gama especial de servicios, como las redes sociales, los blogs y las wikis, que fomentan la colaboración y el intercambio ágil de información entre los usuarios. Es decir, los sitios web 2.0 son más un lugar de encuentro que un escaparate, como era la web tradicional. Aunque se basa en la mejora de determinadas tecnologías, los expertos dicen que es más bien una actitud, basada en el trabajo en red ("arquitectura de participación", "inteligencia colectiva").
Su característica más relevante es la orientación hacia el usuario, dándole control total sobre el proceso, el fomento de la conectividad global y el uso de software gratuito. Lo importante es el flujo de información. Hemos evolucionado de páginas estáticas que sólo podían gestionar expertos a una posibilidad de formatos basados en "wysiwyg" (lo que ves es lo que consigues) que permiten que cualquiera pueda publicar o "compartir" sus textos o imágenes en la red.
De manera análoga a lo ocurrido con la fotografía digital, la Web 2.1 considera el contexto fundamental para anclar el sentido de lo que dentro de ella se produce. El contexto, entendido como el conjunto de redes sociales que la componen y las relaciones que se establecen en su interior, es el que contruye la red y la dota de identidad. Pero también ayuda al usuario a definirse respecto a ella, potenciando su creatividad y orientando su producción hacia la colectividad.
En realidad, nos encontramos ante un nuevo cambio cultural, una revolución que anticipa el fin de la era de los blogs, al menos de los blogs-islas entendidos como manifestaciones personales aisladas en las que los contenidos eran generados individualmente, y propone un nuevo modelo creativo y de acción en el que lo importante es la participación colectiva y el desarrollo de relaciones más allá de lo virtual. Pablo Mancini lo resume muy bien: "la Web 2.0 dice “mirá esto”. La Web 2.1 dice “hagamos algo”. La virtualidad vaticinada hace años no ha llegado, los que imaginaron un mundo virtual se equivocaron. La web es ahora más que nunca realidad.
Para que este cambio sea posible ha sido necesario desarrollar nuevas herramientas, como los sindicadores de contenidos (Google Reader), que permiten al usuario mantenerse informado de forma instantánea de las últimas actualizaciones de sus páginas favoritas, el software colaborativo (como Google Calendar), que ha facilitado el trabajo en red de forma eficaz, o las aplicaciones online (como Picnik), que acaban con el concepto de usuario anclado a su ordenador personal, y lo sustituyen por el de usuario "nómada", capaz de desarrollar su trabajo desde cualquier ordenador disponible, siempre que se esté conectado a la red, por supuesto.
Es decir, a modo de conclusión y en palabras de David de Ugarte, “el mundo que empieza, el de la Web 2.1, es definitivamente un mundo en el que todo lo descrito hasta ahora se materializará en más y más potencia para las personas y las redes de las que formen parte”.
Más información:
Sobre la Web 2.0: Maestros del web
Sobre la Web 3.0: Garrigós y Llopis